lunes, 13 de mayo de 2013

Cliches y denuncia social

Algo similar le sucede a la caricatura. Podemos hacer todo tipo de humor con personajes de imagenes graciosas que sean reconocibles para el lector, satirizarlos, utilizarlos como blanco de nuestro humor negro, ser amables con ellos y realizar una crítica sutil a través del humor blanco, pero sin duda, donde la caricatura se mueve con más agilidad es en el humor político.

incluso amenazados de muerte por colectivos pertenecientes a integrismos radicales. Las instituciones que se toman demasiado en serio a sí mismas o a los miembros que las forman, en ocasiones muestran claros síntomas de falta de sentido del humor.

  Algo irreverente profunda falta de respeto ante lo  "intocable” en una sociedad donde parece verse mal atacar personas o situaciones  o adquieren un valor de ir  más allá de toda idea  irreverente, rompe esos vetos de descaro que puede rozar lo blasfemo rapidamente en lo irrespetuoso, descarado y desdeñoso, este tipo de humor ofrece liberación y una bocanada de rebeldia para el lector que lo recibe y que coincide con el punto de vista del autor. Por el contrario, resulta un humor hiriente y claramente ofensivo para aquellos que siguen fielmente determinadas premisas por más dogmáticas que sean.

Las monarquías, las creencias religiosas, los patriotismos exacerbados, los regímenes políticos autoritarios, las legislaciones férreas y los representantes directos de cualquiera de los estamentos citados, acostumbran a ser el blanco de este tipo de humor que ocasiona no pocos problemas a quienes lo practican.

Las  religiosas, con frecuencia, son puestas en tela de juicio mediante el humor gráfico y sus imagenes graciosas, ofenderia a un creyente ver un gag en el cual Dios descubriese que el mundo que cree no es más que otro producto Made in China.




Los cliches
Cliche es un termino de origen frances  que se refiere a cualquier acción, idea, frase o expresión que en su día significó una innovación poderosa, que se ha mantenido a lo largo del tiempo y se ha usado hasta el exceso e incluso el abuso de las imagenes graciosas.

Hay quien opina que el uso de clichés denota una grave falta de creatividad por parte de un autor de la imagen, cuando en realidad puede ser todo lo contrario.

¿Acaso no demuestra ser tremendamente creativo y a la vez original aquel autor que, utilizando un cliché que ya ha sido usado hasta la saciedad..., es capaz de aportar ideas nuevas sobre él?
El siguiente capítulo trata sobre algunos de esos clichés a los que tanto se ha recurrido en humor gráfico. También se intentará demostrar que la utilización de clichés... es la esencia de cualquier historia.


lo primero que un autor novel busca en su mente cuando trata de contar una historia -de la especialidad que sea- es “ser original”, y para ello empieza por exigir a sus neuronas que se esfuercen en encontrar aquella historia jamás contada por nadie, aquel argumento que no ha
sido abordado aún por ningún autor, y que dejará sin aliento a su audiencia precisamente por eso... porla  originalidad de estas imagenes graciosas.
Exactamente el cien por cien de esos intentos terminan en estrepitosos fracasos por una razón muy sencilla: apenas existe una docena de historias que contar. No hay más, y todas ellas fueron contadas (en Occidente al menos) por autores clásicos griegos, romanos e incluso babilónicos. Podríamos denominarlas “historias universales”, muchas de las cuales, a su vez, fueron inspiradas por viejas leyendas orientales.

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